Los niños juegan, se balancean con una cuerda, se esconden, ruedan por el suelo,
se envuelven con una tela, son un chófer en un coche, en un tren, guerreros,
superhéroes, papás, mamas, hijos, construyen torres, casas, etc,
Cuando Bernard Aucouturier evoca el juego, se refiere al juego libre y espontáneo:
una forma de expresión privilegiada del niño donde muestra su personalidad. El
juego espontáneo es una creación del niño, una creación de sí mismo. Le permite
transformar el mundo transformándose él mismo. Ejerce su poder sobre el mundo
a la vez que se ubica en él. Le permite integrar su mundo interno en el mundo real
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